martes, 4 de diciembre de 2007

Anormales y discapacitados

Ayer fue el día Internacional de las Personas con Discapacidad y los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia con reportajes sobre la capacidad de superación y las barreras para la integración de los discapacitados. Por mucho que el lenguaje políticamente correcto se invente definiciones presuntamente amables, como “personas con movilidad reducida” o “individuos con disfunción intelectual”, lo cierto es que siguen siendo ciudadanos de segunda.Bueno es que los informativos dediquen unos minutos al mundo de la discapacidad, pero inevitablemente ese mundo volverá al olvido cotidiano y sólo protagonizará titulares con el morbo como excusa. Titulares como el que recogía el país del domingo 25 de noviembre: “Detenido por vejar a un discapacitado y difundirlo”. El hecho merece poco comentario, más allá de constatar la triste realidad de que hay verdaderos anormales que utilizan la debilidad ajena para regocijarse en su propia miseria. La solución, como siempre, está en la educación y la reeducación de quienes no llegan a los mínimos. Y esos no son precisamente las personas con discapacidad.

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